miércoles, 29 de junio de 2016

La controversia del Deconstructivismo ¿Estilo o propaganda?

“La arquitectura deconstructivista no genera un nuevo ‹‹ismo››. No representa un movimiento, no es un credo, no tiene reglas.”

El término deconstructivismo nace en 1988 para dar marco a una exposición de arquitectura en el MoMA de Nueva York. Es así, un término difícil de clasificar entre estilo, vanguardia, o movimiento, ya que desde sus inicios no aspiró a etiquetarse entre ellos. ¿Cuál es la importancia de los movimientos, estilos y vanguardias en la construcción historiográfica de la arquitectura? ¿Es posible definir el deconstructivismo como un nuevo movimiento, vanguardia o estilo arquitectónico? ¿O fue simplemente un título utilizado como propaganda para difundir una exposición en el MoMA?


Abriendo el campo de juego

Philip Johnson , director del departamento de arquitectura del Museo de Arte Moderno de Nueva York organizó una exposición de arquitectura reuniendo a siete arquitectos relevantes de la época. Estos mismos no guardaban grandes semejanzas entre sí, pero tenían un hilo de conexión conceptual de diseño respecto a la forma. Su método proyectual consistía así, en alterar la forma desde el interior y jugar con la nueva espacialidad propuesta, tomando siempre como referencia la filosofía planteada por Jacques Derrida . 

Johnson, denominó a la exposición  “Arquitectura deconstructivista” encasillando a los siete arquitectos bajo este nuevo término. Peter Eisenman, Zaha Hadid, Daniel Libeskind, Frank Gehry, Rem Koolhaas, Bernard Tschumi y Coop Himmelb(l)au fueron los personajes que encuadraron esta nueva exposición. Sus proyectos arquitectónicos fueron tomados por Philip con la intención de sepultar definitivamente los postulados modernos, esforzándose para que el deconstructivismo adquiera relevancia y se consolide como un nuevo estilo. Los integrantes de la muestra, en ningún momento esbozan sentido alguno de pertenencia con este nuevo término, ni tampoco alguna alianza entre ellos. No formaban un equipo.

Para que el “deconstructivismo” pueda clasificarse como estilo, vanguardia o movimiento, debería reunir ciertas características predominantes. Para poder denominarse estilo, todos los arquitectos deberían expresar sus ideologías bajo una misma línea. Según la Real Academia Española, “Es un conjunto de características que identifican la tendencia artística de una época, o de un género o de un autor.”  El estilo artístico es el que caracteriza a las obras por los signos o rasgos que estas presentan, en un determinado periodo histórico. El estilo nunca debe considerarse como un concepto rígido, en el que se presenten todos y cada uno de los signos que le caracterizan o distinguen, como todo concepto clasificatorio es relativo, nunca cerrado ni estricto. Distinto es el término de vanguardia, que aunque también agrupe manifestaciones artísticas e ideológicas, estas tienen el énfasis puesto en innovar y confrontar los cánones estéticos contemporáneos. […] “Se trata de una manifestación concreta, con un sentido histórico y estético preciso, irreductible al talante inconformista con el que se caracteriza, a menudo, al artista moderno.”   La tercera variable propuesta es el movimiento, que es una tendencia impulsada, con una ideología específica y seguida por un grupo de artistas durante un período de tiempo determinado. Mantiene como objetivo, diferenciarse de movimientos anteriores y al mismo tiempo consolidarse en escuela. En esta última, el movimiento de una época determinada, pasa a un estadio académico. Propagando así el movimiento a los estudiantes a nivel global propulsando las ideologías del mismo. 

A partir del planteó de estas variables, queda en evidencia la dificultad de clasificar al deconstructivismo bajo alguna de ellas, siendo necesario buscar otro tipo de justificación.  Consecuentemente, se abre el juego y se incluye una nueva expresión, propaganda, para poder respaldar la intención de Johnson al crear este nuevo término.  Tomando la propaganda como un modo de difundir ideologías y valores culturales intentando así influenciar a un público determinado. Según la RAE, “Acción y efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos.” 
Es así como la muestra del MoMA representó un punto de intersección entre los siete arquitectos, reuniéndolos en un lugar y tiempo especifico bajo el incentivo del arquitecto Philip Jhonson.

Campo de desarrollo

La nueva papiroflexia
Es indispensable entender a que apunta el descontructivismo en el plano arquitectónico para poder abordar la problemática planteada. Se trata así de un conjunto de posturas culturales arraigadas detrás de un determinado modo de ver la arquitectura en el siglo XX. Existen conjeturas sobre la armonía, estabilidad, orden y unidad en dicha arquitectura moderna, que el propio deconstructivismo intenta inquietar y perturbar. Como sostiene Mark Wigley - director asociado de la exposición - afirma “Que los siete arquitectos invitados para esta exposición ponen de manifiesto una sensibilidad diferente en la que el sueño de la forma pura ha sido alterado. La forma se ha contaminado. El sueño se ha convertido en una especie de pesadilla”.  Consecuentemente, la arquitectura deconstructivista altera la forma desde su interior, la alteración interna se ha incorporado a la estructura interna, a la construcción. “Es como si una especie de parásito hubiese infectado a la forma, distorsionándola desde dentro.”   Pareciese así que el deconstructivismo es un estilo, que está compuesto por distintas ideologías de los arquitectos en cuestión. Encuadrándolos bajo el nuevo término, sin importar las inclinaciones personales de cada integrante, cuando en la realidad todos se mueven en direcciones diferentes. Si bien estos mismos operan sobre la pureza de las formas, retorciéndolas, ninguno lo hace bajo el titulo de deconstructivismo. Cada uno propone diferentes respuestas a las problemáticas arquitectónicas siguiendo su propia postura, sin intentar pertenecer un grupo. No se consideran a sí mismos como deconstructivistas. La controversia se encuentra en que sus individualismos no logran unificarse para dar forma una única corriente arquitectónica. El deconstructivismo pasa así a ser un mero título que los intenta aglutinar bajo una misma temática temporal.
Parte de las formas de la arquitectura deconstructivista devienen del constructivismo ruso.  Manipulando las reglas clásicas de composición (equilibrio y armonía) produciendo nuevas disposiciones geométricas impuras en constante conflicto con una estructura inestable e intranquila. “Constituyó un hito clave en el que la tradición arquitectónica fue tan radicalmente torcida que se abrió en ella una fisura. Fue por primera vez que en la arquitectura de la época se pueden apreciar las posibilidades arquitectónicas inquietantes.”  Las obras deconstructivistas, por lo tanto, no abandonan la tradición, sino que demuestran que la arquitectura ha estado siempre infectada, que la forma pura siempre ha estado contaminada. No es una retórica de lo nuevo, sino que expone lo extraño que se esconde en lo tradicional, el choque de lo antiguo. Explota la debilidad de la tradición para perturbarla, más que para superarla. Como la vanguardia moderna, pretende ser inquietante, alienante, pero no desde la retaguardia de la vanguardia.  “Pero tampoco pueden ser hechas propias por el centro; no pueden ser asimiladas tan fácilmente. Invitan al consumo empleando formas arquitectónicas tradicionales, tentando a la profesión a tragárselas tal cual, pero al infectar esas formas siempre producen un tipo de indigestión. Es en ese momento de resistencia crítica que adquieren toda su fuerza.” 

No abandona la tradición. Más bien habita el centro de la tradición para demostrar que la arquitectura esta siempre infectada, que la forma pura siempre ha estado contaminada. No es una retórica de lo nuevo. Más bien expone lo extraño que se esconde en lo tradicional. Es el choque de lo antiguo. Explota la debilidad de la tradición para alterarla, más que para superarla. Como la vanguardia moderna, pretende ser inquietante, alienante, pero no desde la retaguardia de la vanguardia, no desde los márgenes.

Clasificando lo efímero
Los movimientos, vanguardias y estilos, son el reflejo de la situación cultural, social y política del momento de su surgimiento. Muchas veces, estas situaciones son el detonante o la consecuencia del desarrollo de una nueva línea de pensamiento. Dichas ideologías se manifiestan y difunden a la sociedad por medio de diversos canales (literatura, prensa, televisión, arte, radio, propaganda). Estos movimientos no solo trascienden a nivel social, político y cultural,  sino que además inciden en la construcción de la historiografía de la arquitectura.  Se manifiesta una evolución en las formas de expresión de los arquitectos, desarrollando nuevos modos de habitar y formas de concebir a la arquitectura. Es interesante analizar la acción de los movimientos o vanguardias en este campo. Al mismo tiempo de distinguirse, despegándose de los ya existentes, dichos movimientos proponen una constante búsqueda en la mejora de la arquitectura. Así es como a lo largo de la historia arquitectónica, se producen nuevos cánones, que se suceden unos a los otros, atravesados íntimamente por los nuevos movimientos de la época en cuestión mejorándose así, unos a los otros. Entonces, si un movimiento, vanguardia o estilo tienen como objetivo innovar con una ideología, impactando de forma notable en la sociedad… ¿Cómo debe ser clasificado el deconstructivismo? Según lo que se afirmó anteriormente, el deconstructivismo no forma parte de un movimiento ni de una vanguardia. No tiene como objetivo crear una escuela, en la que se pueda difundir los principios elementales que sostiene. […]” Esta alteración no deriva de un cambio fundamental en la cultura. La inquietud no está producida por un nuevo espíritu del tiempo; No es que un mundo inquieto proponga una arquitectura inquieta.”  Tampoco nace para dar respuesta o como producto de una revolución social, política o económica, como sí sucede con el resto de los movimientos y puntualmente con el constructivismo ruso del que toma algunos principios. Este hecho no es el único condicionante para la creación de un nuevo movimiento o vanguardia no es necesaria para, en este caso, conformar una nueva propuesta arquitectónica. 
Considerando que el deconstructivismo no es clasificado como vanguardia ni movimiento, cabe la posibilidad de que éste forme parte de un estilo. Para que ello suceda, el deconstructivismo debería reunir las características que lo identifican como estilo. Estas mismas, provenientes del conjunto de ideologías de los arquitectos que lo integran. En la práctica este concepto se ve debilitado. Aunque proponga un sustento teórico (ideologías basadas en Derrida y principios del Constructivismo Ruso) y una misma manera de operar la forma (identificando los síntomas de una impureza reprimida) los siete arquitectos no encuentran similitudes en sí, se conciben a sí mismos como autores independientes, sin tomar en cuenta las influencias de sus colegas y el propio término desconstructivismo. Se podría decir que la exposición de 1988 en Nueva York es el conector que unifica en un momento temporal determinado, a estos siete personajes de distintas partes del mundo, con un fin común, la arquitectura. Todos ellos coinciden en la forma de proyectarla, siguiendo sus propios lineamientos. Toda esta cuestión es motivada, impulsada y llevada a cabo por un agente externo a los arquitectos, alguien que los agrupa y propone un título para ello: Philip Johnson. No quiere decir esto, que Johnson es el autor y creador del deconstructivismo, sino que logró materializarlo y darle fama a partir de la muestra, dotando a los participantes un aire de notoriedad. Quedando expuesta la gran astucia comercial de Phillip, incentivando y publicitando la gran muestra en Nueva York.
Esto da que pensar en el objetivo de la exposición. El deconstructivismo es meramente un título que da pie a su difusión, siendo así un concepto utilizado para la propaganda. Funciona para atraer la atención del público hacia el MoMA, dar a conocer las nuevas posturas arquitectónicas, y sus autores. Es un medio de difusión efectivo, que dio lugar a un nuevo concepto, que hasta el día de hoy se sigue trabajando. Es evidente que no funciona solamente como título expositivo, sino que reúne determinados postulados que le sirven para dar lugar a la muestra. Estos mismos, no son suficientes para que se logre consolidar como estilo, vanguardia o movimiento, pero si lo es, para sentar bases sobre conceptos que venían incidiendo en la década del 80’. 


Cerrando ideas

Si bien como se desarrolló anteriormente, el deconstructivismo no forma parte de un movimiento, vanguardia o estilo. Puede ser entonces concebido como una herramienta para la difusión de la exposición en cuestión. Es así entonces, como se puede afirmar que: “Es la confluencia, desde 1980, en la obra de unos cuantos arquitectos importantes, que dan como resultado formas similares. Es una concatenación de tendencias afines en varios lugares del mundo.”  Cabe destacar la trascendencia y vigencia del término desconstructivismo, que, aunque no soporte una clasificación formal, hoy en día sigue estando en los conceptos de la arquitectura contemporánea. Esto también es debido al nivel de excelencia que poseen los arquitectos “integrantes” del deconstructivismo, que en la actualidad nos siguen sorprendiendo con obras retorcidas, con formas impuras, cristalizando en ellas, sus ideologías de base. Es entonces, paradójica esta situación, que algo que no llega a consolidarse ni como un estilo, siga teniendo influencia al correr de los años. Tal fue la influencia de aquella muestra, que se realizó una conmemoración de ella, 25 años después en el mismo MoMA de Nueva York, retomando nuevamente los conceptos concebidos en 1988. No es un estilo, no es una vanguardia, no es un movimiento. Fue concebido con un fin específico, en que el germen plantado en la muestra, siguió siendo motivo de discusión por muchos años más. “Esto no es un nuevo estilo; los proyectos no comparten simplemente una estética. Lo que los arquitectos comparten, es el hecho de que cada uno de ellos, construye edificios inquietantes, explotando el oculto potencial de la modernidad”.  

Notas:
1.  JOHNSON, Philip. Prefacio: JOHNSON, Philip; WIGLEY, Mark. Arquitectura deconstructivista. Barcelona: Gustavo Gili, 1988. p. 7-9. Grifo original.

2.    Arquitecto estadounidense. Nació en Cleveland (Ohio), y estudió en la Universidad de Harvard lenguas clásicas y más tarde arquitectura. Introdujo las ideas vanguardistas europeas en Estados Unidos, y popularizó el término International style, que a partir de entonces se aplicaría a un tipo de arquitectura similar en estilo a la de los maestros de la Bauhaus. Fue director del departamento de arquitectura del Museo de Arte de Nueva York entre 1932 y 1934 y más tarde entre 1945 y 1954, y desde este cargo se convirtió en uno de los árbitros del gusto con más poder de decisión en las modas arquitectónicas. Primer receptor del Premio Pritzker el año 1979, es recordado hoy como uno de los arquitectos más importantes de Norteamérica, que aparte de su interminable lista de obras construidas, destacó por su importante rol en la introducción de dos movimientos claves del siglo XX en Estados Unidos; el modernismo y el posmodernismo.
3.   Filósofo judío francés cuya obra dio lugar a la escuela de la deconstrucción, una metodología analítica que ha sido aplicada a la literatura, la lingüística, la filosofía, el Derecho y la arquitectura. Derrida nació en El-Biar, Argelia. En 1967 publicó tres libros La voz y el fenómeno (1973), De la gramatología (1977), y La escritura y la diferencia (1978), que introdujeron el enfoque deconstructivo en la lectura de textos. “Se trataba de deshacer, de descomponer, de desedimentar estructuras (todo tipo de estructuras, lingüísticas, «logocéntricas», «fonocéntricas». Más que destruir era preciso asimismo comprender cómo se había construido un «conjunto» y, para ello, era preciso reconstruirlo.” 
4.   Definición de Estilo según Real Academia Española.
5.    BURGER Peter. Teoria de la vanguardia editorial Peninsula p.6
6.   Definición de propaganda según la Real Academia Española.
7.  WIGLEY, Mark 1988. Philip & WIGLEY, Mark. Arquitectura deconstructivista. Gustavo Gili. 1.988, Barcelona, pág.12.
8. JOHNSON, Philip 1988. Philip & WIGLEY, Mark. Arquitectura deconstructivista. Gustavo Gili. 1.988, Barcelona, pág.21
9.   El constructivismo fue un movimiento artístico y arquitectónico que surgió en Rusia en 1914 y se hizo especialmente presente después de la Revolución de Octubre. Responde a las premisas de la construcción del sistema socialista. Se puede decir que el constructivismo se origina como respuesta al caos que se vivía en esos años de conflicto. Se caracteriza por ser muy abstracto, recurriendo a figuras geométricas para sus obras. Su fundador es el escultor y pintor ruso Vladimir Tatlin. La funcionalidad debía ser aplicada. En el constructivismo, por ser un movimiento en el que se destaca lo tridimensional predomina mucho la escultura, la arquitectura y el diseño industrial. Utilizan materiales modernos con líneas puras.
10.   JOHNSON, Philip 1988. Philip & WIGLEY, Mark. Arquitectura deconstructivista. Gustavo Gili. 1.988, Barcelona, pág.8
11.   Idea retomada de Philip Johson, en Arquictura Deconstructivista. p1
12.   JOHNSON, Philip. Arquitectura Deconstructivista. p1
13.  BERGDOLL, Barry. 2013 Deconstructivism: Retrospective views and actuality.
14.   WIGLEY, Mark. 2013 Deconstructivism: Retrospective views and actuality.
15.   JOHNSON, Philip 1988. Philip & WIGLEY, Mark. Arquitectura deconstructivista. Gustavo Gili. 1.988, Barcelona, pág 16

1. Bernard Tschumi - Parc de la Villete, Paris

2. Coop Himmelblau – Rooftop Remodeling, Vienna

3. Daniel Libeskind – City Edge Competition, Berlin

4. Rem Koolhaas – Rotterdam Building and Tower, Rotterdam

5. Peter Eisenman – Blocentrum, Frankfurt

6. Zaha Hadid – Peak Competition, Hong Kong

7. Frank Gehry – Residence Santa Monica, California

8. Folleto MoMA Deconstructivismo

9. Imagen publicitaria MoMA Deconstructivismo

10. Siete arquitectos de la muestra

11. Invitación a la conmemoración de los 25 años de la muestra del deconstructivismo


12. Conmemoración y charla sobre deconstructivismo

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